sábado, 21 de junio de 2008

Tratado sobre la ausencia

Sé que no te has ido
porque te siento;
y sé que estás,
aunque te hayas ido.

Si no te sintiera,
aunque te tocara,
no estarías.

Cuando no quiero que estés,
soy yo el que tiene que irse,
no sentirme,
algo así como morir,
pero no tanto como estar solo;
de todos modos
puedes estar cuando estoy solo,
pues tengo (para estar solo) que sentirme,
y no puedo ignorarte (por el momento)
cuando me siento.

Si estás o no estás,
no depende de vos,
ni siquiera (por el momento) de mí.

Pero vos sos libre:
llevate tu cuerpo cuando querás.

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