sábado, 21 de junio de 2008

Para despistar

Me sería más fácil memorizar una novela corta
que olvidar las veinticinco letras de tu nombre…

Son esos absurdos de la memoria
¿o acaso la certeza de estar perdido?

(Tal vez sean veintiséis, veinticuatro o veintidós,
más vale despistar a los que acechan entre líneas.)

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