Declarate habitable
para que yo pueda poblarte.
Separá tus aguas
de tus tierras
y bañá de bosque
tu monte
y tu valle.
Liberá el cielo del fuego
y reinventá cada pez en tu humedad.
Distinguí las nubes y la vida,
echá a caminar el tiempo
y no detengán tu risa
para que se haga de una buena vez la luz.
Al agotarte,
vení a mí y descansá.
Entonces,
yo soplaré sobre el polvo de tus ojos,
y verás a dios creado:
Nada imagen,
todo semejanzas.
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