¿Por qué no te abrís como la tierra
indicando el epicentro de este sismo?
¿Por qué no separás tu carne
como un mundo
y me desterrás a tu centro?
Escuchame una vez
y luego volvé la mirada
porque la desnudez espera tras cada palabra:
Ya es muy tarde para reclamarte mi desgracia,
ya es muy tarde para el atardecer de hoy,
y mañana será sólo mañana,
mañana es sólo un deber,
mañana es un simple formulismo,
un protocolo acostumbrado,
esa soledad obligatoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario