domingo, 7 de septiembre de 2008

Prescindible

Siempre quedarán las montañas
el sol, la luz,
el ruido de las selvas
y la arena del mar.

Estarán ahí
también
la lluvia y la tierra,
las piedras, los colores,
el olor de las horas
y la suave piel de los ratones.

El pobre y la comida,
la guerra mala
y la angustia de vivir.
Los ojos de las focas
el tintinear de las goteras
la cola del quetzal.

El mundo estará lleno de nubes,
vicios y testamentos.
Habrá millones de nombres en insectarios,
flores emancipadas y
crueldades por denunciar.

Aunque no estés vos,
siempre quedará algo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya mestaba yendo cuando de repente lei esto. Mira que vida la tuya, es decir por decir arena niegas la playa y por decir playa niegas a la mare!